Tu poesía no envejece, ni
el trocito de azúcar verde,
ni el tramado de tu mano en el aire
urdiendo los dedos,
dibujando Rayuela, al calor de los gallos.
No envejecen tus palabras, ni
la violenta prescindencia de
la mano tibia como abrigo,
los hermanos del destino.
No pasa el tiempo
en el mar de tus versos
con algas de Cronopios y
sales de Famas.Se detiene el giro intempestivo
calor permanente de sol y crepúsculo
tu perenne presencia
me emociona y
saludo tu poesía
eterna.